No todos los cosméticos que encontramos en el mercado nos sirven, por ello ten en cuenta las necesidades propias de la piel. Para saber a qué grupo perteneces, lávate el rostro con un jabón suave y espera un par de horas.
Observa el aspecto de tu piel, fijándote, sobre todo en el tamaño del poro y la presencia de los brillos.
Si la tienes seca notarás que tu rostro está tirante y ligeramente escamoso, su textura es fina y los poros apenas se advierten. Te conviene entonces una crema de textura untuosa con agentes altamente hidratantes.
Mixta. En la frente la nariz y la barbilla, la dermis brilla ligeramente y tiene los poros visibles. Hay dos opciones, o bien utilizar dos cremas distintas, ‘oil free’ en la zona central y una para pieles normales en el resto, o bien optas por una crema equilibrante especial para cutis de estas características.
Pieles grasas, los brillos están presentes en toda la cara y los poros se ven dilatados. Es muy importante que todos los cosméticos que utilices sen ‘oil free’, es decir sin grasa añadida. Los productos en gel y los sérums son los más adecuados para estos casos.
Si por otro lado tienes la piel sensible, si notas que la tienes enrojecida, sobre todo en las mejillas y en la nariz. Te conviene cremas hipoalergénicas y que no contengan perfumes ni conservantes.
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