Estas manchas cutáneas no son más que una rotura de las fibras de colágeno y elastina, las encargadas de mantener la piel firme y elástica. Surgen debido a un estiramiento súbdito de la epidermis, cambios hormonales, herencia genética, tratamientos tópicos con corticoides, estrés y un largo etcétera.
Si las estrías son recientes, estás a tiempo de atenuarlas. Su tono entre rojizo y rosado indica que aún reciben aporte sanguíneo y la piel puede, por tanto regenerarse. Las que ya han cicatrizado y adquirido un tono blanquecino nacarado son difíciles de borrar.
Prevenir las estrías pasa obligatoriamente por proporcionar a la dermis una profunda nutrición. Para ello, la mejor forma de mantener la piel firme y flexible es nutrirla a diario con una crema corporal reafirmante. Otra opción a tu alcance es enriquecer tu hidratante habitual con unas gotas de aceite de rosa mosqueta o de argán, así como aceites naturales.
Los cuidados preventivos no siempre son suficientes. Prueba de ello, es que las estrías afectan a seis de cada diez mujeres. Cuanto más reciente sean más probabilidades tendrás de disminuir su tamaño y atenuar su color gracias al uso de una crema antiestrías. Cuando la apliques extiende el producto una o dos veces al día, con movimientos circulares por las zonas más problemáticas que suelen ser: senos, abdomen, caderas, glúteos y muslos, aunque también pueden aparecer en brazos y en la zona baja de la espalda.
Por otro lado, la alimentación también es importante a la hora de prevenir las estrías. La vitamina C compuesto presente en los cítricos, las fresas, la fruta exótica y el tomate, interviene en la creación de las fibras tensoras de piel. Las vitaminas E y el Zinc. Está demostrado que las dietas pobres en estos nutrientes favorecen la aparición de estrías. Ambos abundan en las semillas y en los frutos secos.
Si estás pensando en adelgazar hazlo de forma gradual, máximo un kilo por semana, y con un menú diario de no menos de 1.200 Kcal. Las dietas relámpago con efecto yo-yo aumentan la flacidez y allanan el camino a las estrías.
Imagen | Julien Haler