Si quieres usar la técnica de los conocidos tratamientos reductores procura que las cremas no sean con gel porque contienen alcohol y resecan la piel. Y cuando la piel tiene poca agua está más compacta y no deja diluir los activos reductores a las capas más profundas. La solución es muy sencilla, al usar un gel reductor, si lo alternas  con la loción corporal por la mañana y por  la noche, reforzarás la hidratación de tu piel.

Otro truco a tener en cuenta es la hora de aplicar la crema es tener en cuenta la hora para aplicar la crema reductora, mejor entre las 6 y las 8 h de la mañana. A esta hora las hormonas vacían las células grasas para afrontar las necesidades de energía del cuerpo, y la cafeína favorece esta movilización de las grasas. Claro que si practicas técnicas de relajación (yoga, meditación), te será más fácil perder peso. También el estrés libera el cortisol y la adrenalina, que propician la acumulación de grasa en la cintura.

A la hora de comprar un reductor tiene que ser específico para cada caso. Para las más rebeldes, el dúo cafeína más carnitina es infalible. El efecto rompe-grasas es más potente cuando ambos activos están juntos en la misma fórmula. Si además de grasa hay flacidez, necesitas activos reafirmantes como el silicio, la centella y el retinol. Si la grasa tiene retención de líquidos, las cremas con cafeína, activos que mejoran la microcirculación y sean drenantes son las más efectivas.

Si aplicas las cremas reductoras hay que acompañarlas con un masaje ya que ayuda a penetrar los activos de las cremas, mejora el drenaje linfático y la eliminación de toxinas, y oxigena los tejidos. Cuando la apliques en el vientre, haz movimientos circulares alrededor del ombligo en el sentido de las agujas del reloj, y en el resto realiza círculos en sentido ascendente para favorecer la circulación.

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