En España el uso de la toxina conocida como ‘botox’ ha aumentado un 25% en el último año, por lo tanto se ha convertido en el tratamiento estético más solicitado, seguido de los rellenos faciales, el rejuvenecimiento facial con láser y la depilación láser.
En todo caso entre tantos tratamientos estéticos no quirúrgicos se lleva la palma la toxina botulínica, aunque le sigue de cerca los aumentos de pecho, la rinoplastia y la liposucción.
Por lo tanto España ocupa el quinto país en el mundo en el número de intervenciones y tratamientos estéticos y el primero en Europa.
El 90 % de los tratamientos con ‘botox’ realizados en el último año se realizaron a mujeres entre los 35 y los 65 años. En esta misma franja de edad se ha observado un mayor uso de los tratamientos no quirúrgicos y tras el ‘bótox’, lo más solicitado son los rellenos faciales, el rejuvenecimiento facial con láser, la depilación láser, la microdermoabrasión y el ‘peeling’ químico.
Según explica el doctor Carlos San Martín, responsable de la Unidad de Medicina Estética de Clínica Londres, los motivos que señalan las pacientes para llevar a cabo tratamientos de estética es «sentirse mejor y con un aspecto más rejuvenecido y natural».
La toxina botulínica es una proteína natural que actúa relajando los impulsos del nervio a los músculos faciales relacionados con las líneas de expresión evitando su contracción.
«Son infiltraciones prácticamente indoloras localizadas en los músculos faciales del tercio superior del rostro, y tras su aplicación se mantiene una expresividad natural sin arrugas». «La duración de la inyección es de 10 minutos y los efectos del tratamiento aparecen tras uno o dos días», concluyó.
Imagen | Bellezapura
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