La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, la segunda entrega de la trilogía Millenium, llegará a las pantallas españolas el próximo 25 de septiembre. Cuando aún sigue en cartel Los hombres que no amaban a las mujeres (todo un éxito, con una recaudación en taquilla superior a los 6 millones de euros), ya tenemos el primer trailer en sueco de su continuación. Y no tardaremos mucho en ver la finalización de la saga, ya que la el estreno de la tercera parte está previsto para principios de 2010.
En Millenium 2 repiten Noomi Rapace y Michael Nyqvist en sus papeles de Lisbeth Slander y Michael Blomkvist. Donde sí hay cambios es en la dirección. A Niels Arden Oplev lo sustituye Daniel Alfredson, hermano de Tomas Alfredson, relizador de la magnífica Déjame entrar.
La chica que soñaba con una cerrilla y un bidón de gasolina se inicia con los dos protagonistas muy separados. Una multimillonaria Lisbeth Salander se encuentra en el Caribe, lejos de su país y aficionándose a las matemáticas. Michael Blomkvist se ha ganado el respeto de su profesión, y la revista Millenium funciona maravillosamente. El próximo reportaje que tiene entre manos es sobre la prostitución y el tráfico de mujeres. Mientras tanto, una chica atada a una cama soporta cada día las visitas de un ser despreciable, y sueña con provocar el fuego que acabe con todo.
En Notas de Cine | Crítica: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina
Xavier Sans Ezquerra
He ído a ver al cine una monstruosidad llamada MILENIUM 3: LA REINA EN EL PALACIO DE LAS CORRIENTES DE AIRE, basada en el éxito de ventas de Stig Larsson; parece un telefilm en el peor sentido de la palabra: no hay dinero, está mal realizada, mal interpretada, mal montada, mal fotografiada. No tiene ritmo, ni acción, ni engancha al espectador. ¡Y que espanto de final!. Es un muestrario de tópicos nórdicos como mafiosos rusos y psquiatras pederastas, que parecen sacados del cine comercial de los años 20. Es una comédia involuntaria, cuando no una triste constatación de que la cinematografía sueca Sven Filmindustri,- que alumbró a mitos como Benjamin Christensen, Carl Theodor Dreyer, Viktor Sjöstrom, Ingmar Bergman, Sven Nykvist, Andrej Tarkovskj y la última película de Jacques Tati, (Parade)-; ha muerto, igual que la cinematografía italiana, por culpa de la televisión.