Casi siempre cuando tenemos que tomar una decisión importante en nuestra vida, por norma nos acogemos a la prudencia y a la hora de descartar opciones intentamos buscar un equilibrio.
La decisiones tienen el poder de hacer realidad nuestras aspiraciones, independientemente del área que sea. Si por miedo a equivocarnos, no nos atrevemos a tomarla, nuestra vida irá a la deriva, siguiendo un cauce que no va o no corresponde a los que hubiéramos deseado.
Claro que tampoco hay que hacer todo lo contrario y actuar de forma impulsiva. Ya que esta huida hacia delante, refleja muy en el fondo, un miedo inconsciente y profundo a enfrentarse a la realidad.
Por lo tanto hay unas reglas o claves fundamentales a la hora de tomar una decisión, estrategias más bien que te ayudaran a suavizar el trabajo. Ya que como dice el escritor Paulo Coelho: “Una persona tiene que escoger. En esto reside la fuerza, en el poder de sus decisiones”.
Primeramente tienes que definir la situación. Se trata de tomar contacto con el problema a resolver y concretarlo, por ejemplo si te estás planteando cambiar de trabajo, pregúntate si es el mejor momento.
Establece un plan y organiza las cuestiones que te ayudarán a tomar la decisión, haz cuentas, sopesa los pros y las contras … y tómate un tiempo sin precipitarte. Intenta analizar la situación de forma objetiva, con toda la información que tengas a tu alcance.
También tienes que estudiar otras alternativas al cambio y ver todas las posibilidades que te ofrecen. Después tienes que ir centrándote en las posibilidades que tienes a favor, pide información y asesórate bien sobre el tema.
Una vez que lo tengas claro. Visualiza las consecuencias del cambio pero de una manera y actitud positiva una vez que lo tengas claro y sin dudas, es el momento de tomar la decisión al cambio y sobre todo la hora de decidirte.
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