Adolescencia, época de cambios

No es una novedad que la adolescencia implica un tiempo de cambios. Cambios internos o emocionales y cambios externos, en lo que se refiere a las transformaciones físicas que experimenta el cuerpo en general, pero también los órganos sexuales.

Nadie dice que la adolescencia sea fácil, justamente por esos cambios de los que hablamos y porque es una etapa que está llena de confusiones, dudas, temores, curiosidades y necesidad de experimentarlo todo. Pero a la vez es una etapa hermosa que te marcará por el resto de tu vida, y por esto es importante transitarla lo más sanamente posible y buscar consejos y ayuda de tus padres o un mayor de confianza para hablar de todos esos temas que te preocupan.

La adolescencia implica la preparación del cuerpo para la reproducción. En las niñas tiene lugar aproximadamente a los 11 años cuando aparece la primera menstruación, mientras que en los varones, comienza aproximadamente a los 13 años.

Siempre hacemos hincapié en lo fundamental que resulta la buena información y en brindarles a los adolescentes una buena orientación o educación sexual, pero parece ser que lo poco o mucho que cada uno haga, no alcanza, sobre todo cuando hablamos de enfermedades de transmisión sexual y de embarazos no deseados.

Según encuestas mundiales, los adolescentes y aquí hablamos tanto de varones como de mujeres, inician su vida sexual en promedio, a los quince años.

En el caso de las mujeres, es imprescindible que realices tu primera consulta con un ginecólogo en el preciso momento en que decidas comenzar a mantener relaciones sexuales, para que el médico te oriente en relación al mejor método anticonceptivo a utilizar para evitar un embarazo; y estas consultas se deberán mantener por lo menos una vez al año, para realizar los controles de rutina o antes, si notas algún problema que necesite especial atención.

Como sabrás, el único que te protege contra las enfermedades de transmisión sexual, seas hombre o mujer, es el preservativo o condón y además es un buen método para evitar un embarazo no deseado, por lo cual su uso debería ser “obligatorio”.

Las recomendaciones que podamos darle a los adolescentes nunca están demás, ya sea como educador, comunicador o como papás, y no tratando de prohibirles determinadas cosas o juzgándolos por sus decisiones, sino desde el lugar de prevenir, para no tener luego que lamentar situaciones que podrían haberse evitado, simplemente con una buena charla.

Foto de adolescentes de Libertinus en Flickr