La alimentación es fundamental para tener en buena forma las defensas. Los resultados de muchas investigaciones han comprobado que vitaminas como la A, C, E o el ácido fólico, y minerales entre los que destacan el zinc o el hierro influyen favorablemente en la respuesta inmunológica.
También hay alimentos que estimulan las defensas. Como puede ser el ajo y la cebolla, dos de los bactericidas y antivirales naturales más efectivos.
La miel aporta nutrientes que benefician el sistema inmunológico, como el hierro y el zinc. Los lácteos fermentados restauran la flora intestinal y mejoran la resistencia del sistema inmunológico.
Los cítricos en el desayuno son ricos en vitaminas C, potasio, magnesio, hierro, calcio, fósforo. Toma zumo de naranja recién hecho al levantarte o aliña con limón tus ensaladas. Es cierto que un café con leche no hace daño a nadie, pero si te excedes con la cafeína, hará que a la larga, el sistema inmunológico se debilite.
Los ácidos grasos que aporta el aceite de oliva regulan el sistema inmunitario y logran que sea más eficaz. Por el contrario las grasas saturadas de la mantequilla o nata, restan defensas.
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