El nacimiento de un hijo modifica la vida de una pareja en casi todos sus ámbitos, y el sexo es uno de ellos. Evidentemente para la madre gestar y parir a un hijo supone un esfuerzo y un desgaste corporal tremendo, que el padre debe comprender y apoyar y es la madre la que mejor sabe cuándo está preparada para retomar la actividad sexual. Hay varios factores clave en la nueva situación familiar de los que dependerá el mayor o menor deseo sexual de la mujer, vamos a hacer un breve repaso por cada uno de ellos:
Cada mujer se recupera de manera diferente del parto. No es lo mismo una cesárea que un parto natural, en la primera se suele aconsejar a la madre que se mantenga en reposo durante un tiempo mínimo de un mes. En el segundo caso la mujer puede retomar casi completamente sus actividades cotidianas en pocas semanas, lo que hace que su estado de ánimo sea más favorable para desear el contacto sexual.
También deberemos tener presente que las hormonas segregadas durante el embarazo van cambiando su concentración desde el primer al último día de gestación y que tras el parto hay un periodo más o menos largo de reacomodación que cada mujer sobrelleva de manera diferente. La lactación natural puede incrementar ese periodo y provocar pérdida del deseo sexual y sequedad vaginal, con la consiguiente incomodidad para ambos miembros de la pareja.
La capacidad del nuevo hijo para conciliar el sueño y comer son significativas en este tema porque la madre ha establecido un vínculo con el feto durante nueve meses que continuará de por vida, lo que provoca que un estado alterado en la salud o en el ritmo circadiano del bebé influya decisivamente en el estado de ánimo de la madre.
La actitud del padre ante el nacimiento de un hijo, especialmente si es el primero de la pareja, es esencial para que la madre encuentre el apoyo que ella necesita y se sienta comprendida y amada, algo que muchos hombres no entienden y que hace que existan tensiones entre la pareja. La comprensión, el respeto y el cariño serán, una vez más, las claves para superar satisfactoriamente un período de enormes cambios en la vida de toda pareja. La relación entre la madre y el hijo no debería nunca provocar celos en el padre, si bien es cierto que a veces las madres contribuyen sin darse cuenta a que el padre se sienta excluido de la relación. Un buen consejo es que ambos miembros de la pareja participen activamente en el baño, cambio de pañal, dar de comer al bebé, ya sea lactación natural o con leche adaptada, etc. Esta unión en la pareja favorecerá enormemente la vuelta a la normalidad sexual.
Una pregunta frecuente entre padres primerizos es cuándo es conveniente restablecer la actividad sexual. Esta cuestión es muy fácil de responder: cada pareja debe comenzar a practicar sexo cuando la mujer se sienta preparada, no tenga dolores ni molestias y su estado de ánimo le permita disfrutar satisfactoriamente del sexo.
La contracepción tras el parto es algo que preocupa a muchas parejas. Un error muy común es pensar que durante la lactancia natural es imposible que la mujer pueda quedar embarazada. A pesar de que sí puede suponer un impedimento para la concepción, no resulta fiable en absoluto y es muy importante saberlo, porque un nuevo embarazo en poco tiempo puede afectar seriamente la salud de la madre y del feto. La mujer recupera la fertilidad entre la cuarta y sexta semana tras el parto. Las madres que anteriormente al embarazo tomaban preparados hormonales saben que no pueden volver a ellos hasta que no dejen la lactancia natural. Sin embargo entre los anticonceptivos más modernos y con menor contenido hormonal hay algunos que sí pueden utilizarse durante la lactancia. Este punto debe ser tratado con el ginecólogo, que valorará los riesgos y ventajas y propondrá lo más conveniente para madre e hijo.
Los métodos naturales de anticoncepción no resultan fiables para evitar el embarazo en mujeres con periodos irregulares, pero menos todavía tras el parto, en el que la mujer aún tiene el ciclo hormonal alterado. Lo que los profesionales sanitarios recomiendan son métodos de barrera, (no el diafragma, si es que la mujer lo utilizaba previamente al embarazo, que no servirá hasta varias semanas más tarde por la distensión vaginal y del cuello del útero), como el preservativo, utilísimo para evitar, además, infecciones vaginales en este momento tan crítico en el que los órganos genitales femeninos han sufrido un embarazo y parto que puede haber disminuido las defensas naturales. El DIU también está recomendado, sobre todo para mujeres que no desean tener más hijos, pero este método, como ya sabéis, necesita de prescripción y colocación médica.
brenda
como detesto a los padres que creen que la mujer ni bien dió a luz ya está lista para meterse a la cama. lo peor es que algunas parejas se terminan peleando y hasta separando gracias a la necedad del hombre. por favor entiendan:
¡¡NO SOMOS MÁQUINAS!!!!!
intenten pasar una sandía por un agujero del tamaño de un limón..!!
además la mujer sufre muchos cambios hormonales durante y después del embarazo..
solo recuerden la adolescencia: unos días estaban bien, otros mal..
lo mismo nos sucedes a nosotras..!!
y no sólo en el embarazo, otra cosa que detesto es que los hombres se enojen cuando la mujer esta indispuesta y no tiene ganas de tener sexo (no todas)..
son las HORMONAS.. sus padres los aguantaron a ustedes cuando estaban sufriendo cambios hormonales en la adolescencia, valga la redundancia.
por favor, ENTIÉNDANNOS..!!!!!!
RONALD
COMO CUIDARSE DURANTE LA MENOPAUSIA, YA QUE ALGUNOS MSES BIENE LA REGLA Y OTROS NO BIENE, Y ESO ES MOLESTOSO, PORUQE TU ESPOSA PUEDE QUEDAR ENBARAZADA.
Sergio.Sanchez
Bueno, pue sla verdad no he tenido ni la primera vez, pero es importante aclarar que las relaciones sexuales son necesarias parar la reproduccion y placer en el ser humano y cuando las 2 partes no este dispuestas, se peude llegar a un acuerdo meediante distintos juguetes sexuales o algo similar. Eso pienso yo. ^.^
🙂